martes, 24 de mayo de 2016

Nuestro cabello: extensión física de la espiritualidad


Cartago.-

La madre tierra en su inmensa sabiduría, se expresa a través de cada planta, cada árbol e incluso nos habla de su longevidad por intermedio de la hierba que si lo comparamos con el ser humano, representaría su cabello.

Los pueblos indígenas y afro, han sido respetuosos de las manifestaciones de la tierra, demostrando la comunión que tienen con ella, en sus rituales espirituales y prácticas medicinales, dándoles una denominación sagrada.

Nuestro cabello, así como la hierba de la madre tierra, es una extensión física de nuestra espiritualidad dado que es un reflejo de quienes somos, qué queremos e incluso cómo se encuentra nuestro estado de salud. Es un punto de conexión tan fuerte que para muchas culturas, la dimensión del mismo es una demostración de sabiduría y conocimiento. En cambio, en lugares donde se ha presentado la tiranía, el cabello corto ha sido obligatorio y este, junto a otros factores es el ciclo final la derrota espiritual y física de los pueblos.

Por otro lado, la forma en que se peina también evidencia la personalidad o el estado emocional de una persona. Por ejemplo:

·         Raya en el medio: Representa la alineación del pensamiento

·         La trenza: Unidad del pensamiento con el corazón

·         Cabello suelto: Seguridad

·         Cabello recogido: Convicción

El cabello como arma de lucha     
    
Para los africanos que fueron esclavizados, el peinado en trenzas fue un arma fundamental en los procesos de cimarronaje, pues en ellas dibujaban rutas de escape totalmente imperceptibles a sus llamados “amos”. Es decir, que fueron una forma de comunicación codificada que hoy por hoy ha tomado mucha más fuerza, sobre todo para la liberación de las carimbas mentales y como forma de resistencia identitaria y étnica.


En la época de los 60 y 70, llevar el cabello en estilo afro fue un grito de batalla con el que hombre y mujeres revolucionaron los movimientos sociales, llevando el discurso ideológico incluso a la escena estética.






Entre tanto, para los pueblos indígenas, “la forma de llevar peinado el cabello era de suma importancia pues de esta manera se describía y anunciaba su participación en diversos eventos: matrimonio o guerra, alegría o duelo. A través del cabello y los tocados que se llevaba sobre él se podía saber la madurez de las personas, su estatus en la sociedad o los tiempos de paz y guerra”.

El cabello para muchas personas, movimientos sociales, religiones y demás, es una forma de resistencia pacífica, es una actitud frente la vida, es reflejo de unos valores culturales y espirituales que les ayudan a llevarla de forma armónica, pacífica, respetuosa.

Para mí, representa el compromiso con mi historia además de ser un recordatorio de la misión que debo desempeñar en esta vida. Mi cabello indudablemente es una extensión de mis pensamientos, del estado del arte de mi espiritualidad como mujer. Es la evidencia de ese viaje ancestral que empezó en el momento en que reconocí mi identidad como centro de poder.

Ayda Luisa Córdoba Mosquera
Agencia de Noticias Niara
.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario